(...) Algunas hojas tienen manchas debido al tiempo transcurrido y al deficiente estado de conservación, difícil en un lugar con una humedad relativa tan alta como siempre tenemos en Galicia.
En la revista, publicada en marzo de 1964, colaboró, entre otros alumnos, Antonio Colinas Lobato, con un artículo titulado “Leopoldo Panero, poeta definitivo”, que en 1982 resultó ganador del Premio Nacional de Literatura por la obra “Poesía, 1967-1980”, siendo en la actualidad un consagrado poeta y muchas cosas más.
Personalmente también participé con un pequeño cuento (Una tasca) y una entrevista (Hechos cantan) al mejor intérprete teatral de aquella época en la Uni, Eduardo García Garrido, que también como yo era de Valladolid y con el que cursé los mismos estudios en la laboral y después en Madrid, haciendo también posteriormente la mili juntos y estudiando la oposición al Servicio de Extensión Agraria con unos apuntes compartidos que nos sirvieron para aprobar los dos.
A destacar de la revista la múltiple participación, toda de calidad, del presidente de la Agrupación Dintel, Amando Ordás Pérez, también compañero de aula y amigo del alma.
En general, por lo que recuerdo de alguno de los comentarios posteriores de los padres Gago y Cea, que actuaron como directores y coordinadores, la revista causó impacto por los temas tratados y creó cierto revuelo, sobre todo en algunos profesores de formación del espíritu nacional, pero la sangre no llegó al río, aunque no sé si tuvo continuidad, pues en 1964 terminó mi permanencia en la Uni.
Un saludo.
José Mariano Pérez Fernández
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